Por si me pasa algo, le digo, al tiempo que le doy un paquete envuelto en un trapo con una forma más que sospechosa. Ella asiente y se apresura a guardarlo entre los muñecos que hay a su espalda.
Es
entonces cuando oímos la puerta de la habitación golpeando la pared al ser
bruscamente abierta. Entra ella, mi hermana mayor, tan histérica como esperaba,
y en dos zancadas la tengo junto a mí; me coge del jersey, me empuja, pregunta
gritando que dónde he puesto las fotos, evito confirmar que si habla de esas en
las que aparece junto a su novio y que estaban en su libro de matemáticas, y
miro con calma y como pidiendo perdón a mi compañera de juegos quien, como
esperaba, ya está poniendo su mejor cara de mosquita muerta.
Ayyy esos santo inocentes que saben interpretar como nadie!!
ResponderEliminarBesicos muchos.