13 de junio de 2018

El elegido


El bamboleo de las caderas de Pilar, cruzando la plaza de la villa de parte a parte, acalló como siempre a los parroquianos. Uno dejó las cartas en la mesa, otro una frase en el aire, aquel un vaso en suspenso. Una mujer, pero fuera de su alcance. Mientras, no muy lejos de allí, una persona tenía otras preocupaciones: ¿cómo podría decirle, sin hacer daño, que la quería pero que no cumpliría con lo prometido: colgar la sotana e irse a vivir juntos?  

(microrrelato escrito, y que no presenté, a la cuarta ronda de La Copa de Esta noche te cuento, debía contener la palabra “bamboleo” pero ninguna “b”)

4 comentarios:

  1. Qué buen micro Luisa. Claro que eso no es de extrañar. Felicidades.
    Besicos muchos.

    ResponderEliminar
  2. O sí, puedes extrañarte. Por supuesto. jeje. Gracias por estar ahí, muchas gracias

    ResponderEliminar
  3. Creo recordar que en algún sitio de la Biblia pone aquello de "no se puede servir a dos amos". Mi abuela decía "no se puede estar al plato y a las tajadas".
    Buen relato, Luisa
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Y aunque el dicho es bueno y cierto, cuán humano es quererlo todo.
    Gracias y besos

    ResponderEliminar