4 de junio de 2018

Nana

El leve crujir de la viga de la que cuelga su padre se oye con mayor claridad las noches de insomnio. ¿Cuántos años han pasado ya? Sin embargo, aquellas imágenes y olores parecen no envejecer nunca. El gemido rítmico de la madera a causa del balanceo del cuerpo, la escalera y los brazos de madre ayudándole a retirarlo, el ruido constante del agua limpiando la sangre de la bañera, la charla sobre viajes con el vecino a causa de la presencia de las maletas. No, hacer justicia no es fácil, aunque peor era vivir con él.

(microrrelato incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)

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