Todos los cipreses crecían altos, pero él se quedó pequeñito. No quería alejarse del suelo y no poder escuchar a las cosas pequeñas que allí vivían.
Microrrelato que me ha regalado Citizen_0, del blog: Había palabras, pero no servían de mucho, con motivo del primer cumpleaños de este blog.
La ilustración es de Juanlu/Luiyi (http://www.dididibujos.blogspot.com/)
Un ciprés muy inteligente, sabe perfectamente los detalles que son verdaderamente importantes en la vida. Un beso y buen día.
ResponderEliminarEse árbol con párpardos de libro es precioso Juanlu. Un saludo.
Con regalos como estos da gusto cumplir años ¿verdad?...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Precioso micro-regalo.
ResponderEliminarUn abrazo.
un regalo muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Felicidades! Nos vamos haciendo mayores, eh. Sólo un añito y menudo carrerón lleva.
ResponderEliminarPrecioso el regalo. Una maravilla.
Besos chiquitos
Bonito regalo, no cabe duda. Y mejor idea aún.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay veces que es mejor no perder la perspectiva y estar más cerquita del suelo.
ResponderEliminarPrecioso regalo. Tanto el texto de Citizen_o como ese dibujo tan tierno de Juanlu.
ResponderEliminarBesitos
Es cierto lo que dice la autora en su relato. ¿Por qué hemos de ser todos homologados?. Creo que el título del relato es un buen regalo para ti. Felicidades por el aniversario.
ResponderEliminarPor supuesto que fue el más grande. Encontró la verdad. La sencilla verdad.
ResponderEliminarBesos.