“Muerto pero mío”, susurró mientras introducía el veneno en la copa.
Justo después de beber el champán, su hombre, su amor, achispado y charlatán, se lo confesó todo: “Espero que me perdones y que te alegres”, comenzó, “ayer presté las llaves de casa a mi hermano, para un revolcón con la amiga que le habíamos presentado”.
A la celestina se le congeló la sonrisa en la cara. Al marido, una pregunta cuya contestación no llegaría a oír mientras su corazón se paraba.
(microrrelato presentado sin éxito a ReC)
Muy divertido Luisa. Las venganzas a veces se vuelven contra uno. Un títuto muy bien puesto. Un beso en esta mañana de sábado en la que me ha tocado trabajar y me has arrancado una sonrisa.
ResponderEliminarLuisa, las prisas son muy malas consejeras y si van unidas a los celos se convierten en un "veneno mortal".
ResponderEliminarQue ironía la de mar, ese hombre vomitando la bilis destrozado por dentro y ella lo considera divertido.
No te fíes de las sirenas.
Un abrazo
El tomar decisiones apresuradas, suele traer consecuencias...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Ante la más mínima sospecha decidió actuar. Esa mujer no estaba buena de la cabeza, era una celosa desconfiada compulsiva, una psicópata que tarde o temprano acabaría haciendo lo que hizo.
ResponderEliminarUn beso.
Pues muy bien esto no dar tregua y actuar sin contrastar los hechos.... yo creo que esta celestina, iba con las prisas del día, los niños, la casa, el trabajo, y tan agobiadda como estaba no se lo pensó dos veces, y decidió acabar con su cuarto marido.
ResponderEliminar¡Vamos!, una killer en serie de toda la vida.
Un beso Luisa
Ay, ay, ay, las cosas no siempre salen como uno las planea :s
ResponderEliminar¡Caramba! qué drástica esta mujer, se precipitó.
ResponderEliminarUn título muy a tono...
Besitos
Me he quedado con la boca abierta por la sorpresa, ¡genial!
ResponderEliminarUn beso