14 de noviembre de 2011

Un error garrafal

El Ratoncito Pérez y la Ratita Presumida se conocieron en una fiesta. Él la encontró inalcanzable; ella pensó que él era vulgar. Se equivocó; si hubiese calculado los regalos que aquel Ratón dejaba a los niños, habría visto que era rico y generoso, justo lo que ella buscaba.

3 comentarios:

  1. Si es que a veces las primeras impresiones no son las mejores. Me has hecho sonreír, la mejor forma de empezar la semana.

    Un abrazo

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  2. Cuando los intereses se anteponen al amor, pasan estas cosas. Bien traído, si señor. A ver si aprendemos de tu texto a ser mejores personas.

    Un saludo.

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  3. Se dejo guiar por las apariencias y perdió la oportunidad.

    Besitos

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