Habían
sido años de oscuridad y de inactividad, encerrado entre dos paredes, viviendo
una vida para la cual no había sido imaginado.
Salió
de entre las páginas del libro, se dirigió hacia el borde de la estantería, un
acantilado, y la visión de los cientos de libros apilados, llenando todo el
espacio visible, lo paralizó.
Se
puso a pensar durante un momento. Quizás no en todos ellos había vida, quizás
fuese más difícil de lo que había creído; pero enseguida supo que no podría
seguir esperando.
Miró
un momento hacia atrás. Vio como su eterno enemigo se acercaba a la que había
sido su novia desde hacía años, el muy miserable, y, tras leer el título del
primer libro que estaba a su derecha, se zambulló entre sus páginas.