Thomas Hoepker |
Cuando pienso que fui yo quien eligió esta vida me
siento como un payaso. Hace apenas unos meses que logré el ascenso pero estoy
solo y atrapado, viviendo bajo el peso de la rutina, sorbiendo cafés fríos con
sacarina, sin ganas y sin palabras.
Ellos tenían
razón, ahora lo sé, por el modo en que he empezado a echar de menos las charlas
al raso en las noches de verano, el frío dentro de las caravanas durante las
heladas, las bromas a voz en grito, el zurcido incansable de mallas y
lentejuelas, el maquillaje, los ensayos.
Ahora que estoy aquí, en este mundo gris en el que
nadie conoce a nadie, me siendo más que nunca lo que no quise reconocer que
era; por eso he vuelto a ponerme el colorido traje varias tallas más grande y
les he llamado, seguro de que en cuanto les vea entrar por la puerta de la
cafetería, a mis trapecistas y saltimbanquis, a mis contorsionistas y magos,
volverá a aparecer la sonrisa en mi rostro, lo único que me falta.
(microrrelato
escrito para Esta noche te
cuento y para esa foto)