30 de noviembre de 2015

Jubilación

Le jubilaron. Llegó un día, el de su cumpleaños para más señas, y le jubilaron. Con buenas palabras y una sonrisa, pero le pusieron en la calle.
Su mujer desde el primer momento demostró no comprender nada y no tener sensibilidad alguna. Primero le dijo que no sabía cuál era el problema, que él tenía que saber que aquel día iba a llegar. Después se puso bastante pesada hablando de clases, reuniones y viajes que muy poco o nada le apetecían. Más tarde, afortunadamente, cerró la boca; le miraba con un gesto de incomprensión, se encogía de hombros y se iba a la calle con sus amigas.
Él, por su parte, siguió preso de su dolor, sentado en una silla, dejando que la vida pasase ante ella. “Me jubilaron” y aquellas palabras rebotaron entre sus sienes hasta que el corazón dejó de golpearle en el pecho.

26 de noviembre de 2015

Contrastes

Por un lado aumenta la temperatura media del planeta y el nivel de las aguas crece; por el otro, arrecia la sequía y las tierras se convierten en desierto. Sabemos que no es posible escapar, que estamos entre la espada y la pared, que el hambre y la sed nos acosan, pero no puedo evitar estar contento; porque cada día estás más cerca, porque ya abro los brazos, porque es posible que el miedo te empuje a ellos, porque nunca nadie ha estado más preparado que yo para protegerte y darte consuelo.
Escucha, sé que el mundo se acabará con nosotros, que es el fin, pero ahora empieza lo que siempre he querido, ahora te tengo y me tienes, ahora y para siempre empieza lo nuestro.

23 de noviembre de 2015

Fatalidad

Harto de todo y de todos, decidió pasar página. Para su desesperación, descubrió que la novela seguía y que él aparecía todo el rato.

20 de noviembre de 2015

Lección de historia

Treinta y cinco segundos antes de las doce de la noche del día treinta y uno de todos los años la bola en lo alto del reloj bajaba; después, al compás de doce campanadas comían doce uvas, tras las cuales se besaban y se deseaban feliz año. Ahora se puede comprobar cuán hipócrita e inútil era esa costumbre, ahora que ya no hay ni humanos, ni relojes, ni uvas, ni nada.

17 de noviembre de 2015

Año Cinco

           Para celebrar el quinto cumpleaños de este blog, he efectuado el producto cartesiano de cinco personajes de cuento con ellos mismos; resultando (cinco por cinco) veinticinco historias que no encontraréis en ningún otro lado.

5 x 5
Caperucita
Príncipe
Enano
Madrastra
Lobo
Caperucita
Caperucita / Caperucita
Príncipe / Caperucita
Enano / Caperucita
Madrastra / Caperucita
Lobo / Caperucita
Príncipe
Caperucita / Príncipe
Príncipe / Príncipe
Enano / Príncipe
Madrastra / Príncipe
Lobo / Príncipe
Enano
Caperucita / Enano
Príncipe / Enano
Enano / Enano
Madrastra / Enano
Lobo / Enano
Madrastra
Caperucita / Madrastra
Príncipe / Madrastra
Enano / Madrastra
Madrastra / Madrastra
Lobo / Madrastra
Lobo
Caperucita / Lobo
Príncipe / Lobo
Enano / Lobo
Madrastra / Lobo
Lobo / Lobo

Caperucita / Caperucita
Se miró en el espejo. La caperucita era preciosa, pero ¿a quién se le había ocurrido comprarla roja? ¡Parecería un tomate!

Príncipe / Caperucita
Tenían una cita en el bosque. Esta vez, al merendar sobre la capa roja, intentarían no hacer migas que luego les estorbasen.

Enano / Caperucita
El hombrecillo, en cuanto la vio, supo que ella era su princesa.

Madrastra / Caperucita
¿Es ésta la Blancanieves que busco en el bosque? Me dijeron que vivía con siete enanos, no que ella lo era.

Lobo / Caperucita
El lobo llegó tarde, pero tuvo suerte: la pequeña se le había adelantado y le esperaba en la cama, en picardías.

Caperucita / Príncipe
Ella no dejó que él la besase; no era encantador, no estaba dormida y debía tener cuidado con los pederastas.

Príncipe / Príncipe
Mirándose en el espejo, volvió a pensar: ¿por qué tenía que ir a buscar una princesa siendo él tan guapo?

Enano / Príncipe
Al salir de la atracción de los espejos el enano se sentía como un príncipe, grande, fuerte, impresionante, alto.

Madrastra / Príncipe
Había quedado en su habitación con el príncipe encantador, pero antes tenía que librarse del espejo que todo lo largaba.

Lobo / Príncipe
El lobo seguía al príncipe, seguro de que así lograría comer algo; y encontraron una princesa dormida, por desgracia muy vigilada.

Caperucita / Enano
La pequeña lo capturó y lo metió en la cesta. En cuanto llegase a la casa de la abuelita, prepararía un caldo de carne.

Príncipe / Enano
Al príncipe le gustaba cazar y, si recordaba bien, nunca se había cobrado una pieza tan pesada y charlatana.

Enano / Enano
Uno no sonaba bien. Dos y tres, no lo mejoraban en nada. Estaba claro, el título sólo era pegadizo si eran siete, sin rebajas.

Madrastra / Enano
La madrastra, cosa rara, no se encaprichó del enano. Tenía un pelota dentro del espejo y le bastaba.

Lobo / Enano
No era gran cosa si se lo comía, pero comérsele y hacer que se callase… eso sí que era interesante.

Caperucita / Madrastra
La niña vio en la mujer de la capa aquello en lo que se convertiría, y le entraron los siete males.

Príncipe / Madrastra
¿Habré llegado tarde a mi cita con la princesa? ¿Habré llegado tan tarde?

Enano / Madrastra
No era una princesa pero tampoco la necesitaba. Lo que él quería era la manzana que, bien administraba, era la comida de semanas.

Madrastra / Madrastra
Descubrió demasiado tarde que el espejo nunca le dijo la verdad y que ni siquiera funcionaba.

Lobo / Madrastra
Tras comerse el contenido de la cesta, una abuela y una niña, aceptó de buen grado lo que traía aquella mujer mal encarada.

Caperucita / Lobo
La pequeña lo sintió por él, daba pena un depredador como aquel, tan travestido y tan loco por una capa que le dejaría el culo al aire.

Príncipe / Lobo
El caballero envidiaba al animal, él había repartido besos a diestro y siniestro pero nunca había logrado meterse en la cama de nadie.

Enano / Lobo
Lo contrató como guardaespaldas. Harto de todo y de todos, iba a ganarse el respeto como que se llamaba Enano.

Madrastra / Lobo
No era demasiado apuesto pero, comparándolo con el espejo, era de carne y hueso y tenía tres dimensiones. Ahí es nada.

Lobo / Lobo
Se comió a la abuela y se puso su camisón lleno de puntillas y de encajes, justo el disfraz de huevo frito que buscaba.

12 de noviembre de 2015

Iguales

           No se murió cuando naufragó su barco, siempre supe que estaba vivo aunque todos me dijeran lo contrario.
            Murió ayer por la mañana, lo sé porque sentí un pellizco en el pecho y algo así como una nueva presencia en el aire; y poco después, su fantasma apareció al otro lado de la calle mirando hacia la que fue nuestra casa. Corrí a su encuentro lo más deprisa que pude, sobreponiéndome a todos los obstáculos.
            -¿Tú también? –ha dicho él-. ¡Menudo par de fantasmas!

9 de noviembre de 2015

En el plumier

Desde que apareció la goma, el lápiz intenta acabar con ella y deja huellas de grafito en todos los papeles pidiendo ayuda.

6 de noviembre de 2015

El mundo en cincuenta palabras

Ya sabéis de qué os hablo.
La web: Cincuenta palabras (en la que puedes y deberías participar, si no lo has hecho hasta ahora) cumple los 2000 relatos. Así como suena, y creciendo.
Para celebrarlo Alejandro Garaizar, como ya hizo cuando se cumplieron los 1000, se lía la manta a la cabeza y elabora la antología que nos ofrece ahora, en la que (no me lo esperaba) aparece mi microrrelato “La espera”, que ya fue publicado aquí en su día.
Ha sido una verdadera sorpresa y un detallazo que me anima a participar con mayor frecuencia.
Pinchando en la fantástica imagen de portada podrás acceder a la publicación o a cualquier otra información relacionada con ella que se te ocurra.

http://www.cincuentapalabras.com/p/libro-2.html

5 de noviembre de 2015

PMI, el libro

Una desaparece un par de semanas y, cuando vuelve, ha de empezar a ponerse al día. Y en ello ando.

Durante los años 2013 y 2014, se celebraron las primaveras de los microrrelatos indignados, en los que hubo microrrelatos, ilustraciones e imágenes de muchos y para todos, material que se ha reunido en un libro y que puede descargarse por el precio de 1,21 €, dinero que irá directamente a la ONG Agua pura.
Toda la información sobre dicha publicación, la ONG, el coordinador o el listado de participantes puede encontrarse en este enlace.
            En dicho libro hay cuatro microrrelatos de mi autoría, que fueron publicados ya en este blog en aquellas jornadas. Dichos microrrelatos son: “Economía doméstica”, “Pasarse de rosca”, “El increíble hombre menguante” y “Brotes verdes
Si miráis por encima el listado de participantes, veréis la fuerza y repercusión que tuvieron esas convocatorias y también, el trabajo que ha tenido que suponer coordinarlo y maquetarlo todo hasta lograr ese libro que es posible descargarse ahora, trabajo que hay que agradecer, y mucho, a Miguel Torija y a Juan Fran.
            Gracias. 

2 de noviembre de 2015

Esquejes

Los semáforos acabaron por echar raíces y, como las señales, florecen todo el año.