30 de marzo de 2018

Mejor ser náufrago

Miró desde el agua la sombrilla y las toallas que había dejado detrás. La decisión estaba tomada.

28 de marzo de 2018

Y además es imposible

La gente que decía que yo tenía pájaros en la cabeza comentaba que ella siempre estaba en las nubes, algunos incluso se atrevieron a decir que estábamos hechos el uno para el otro; pero no puede ser, aun cuando decidiéramos a poner los pies en la tierra, el hecho es que yo no soporto la niebla y ella no podría vivir rodeada de animales y de ruido.

26 de marzo de 2018

Humana a mi pesar

Una vez sentada en el incómodo transporte colectivo, intento no pensar en el continuo dolor de huesos que me recuerda que estoy vieja y viva. Elevo la vista y observo, el mundo siempre ha despertado mi curiosidad y continúa haciéndolo.
Mis ojos descubren, no demasiado lejos, a un hombre joven, alto, sin un gramo de grasa de más, con un cuerpo elástico y atlético, quizás demasiado perfecto en su normalidad, sin un pelo o un lunar, sin un defecto. Me quedo mirándolo. Sé quién es y de dónde viene, como todos también yo he aprendido a reconocerlos. Hace bastantes años que están aquí, pero me sigue gustando descubrir que no pueden engañarme fácilmente, me gusta sentir que de algún modo aún estoy al acecho. Espero un poco más, sólo un poco, hasta que llega el gesto, ese que lo delata: ese pellizcarse la piel levemente para ajustársela mejor al cuerpo. No puedo evitar en ese momento mirarme las manos, temblonas y arrugadas, llenas de manchas, huesudas y débiles; y pensar que para él, en cambio, su piel será siempre como yo ahora la veo, como lo es para todos esos seres que, llegados de un planeta en llamas, acogimos después de no pocas reticencias y miedos.
Su piel artificial, perfecta, que no acaba de ajustarse a sus cuerpos, que querría para mí, para ser otra y volver a soñar con empezar de cero, y que me recuerda otra vez que: “muy a mi pesar, soy y seguiré siendo humana, sin remedio”.

23 de marzo de 2018

Paciencia, mi niña

Tom Waterhouse

            Juntos fuimos compañeros de juegos, no se nos olvida; aunque el tiempo haya hecho mella en mi cuerpo, este haya crecido y tú me mires, desde la esquina, sin saber qué separa al hombre en que me he convertido de la niña que aún eres.
            Paciencia, mi amor. El tiempo seguirá pasando, un día cada día, y caerá sobre ti y seré testigo de cómo te conviertes en una mujer mientras el hombre que soy espera con una sonrisa a que la vida vuelva a unirnos.

21 de marzo de 2018

Pisa

La tierra tembló y la ciudad se vino abajo; menos la torre, cabezonamente intacta y torcida.

19 de marzo de 2018

Grandes remedios

-Aprieta.
Los dientes de la sierra no acababan de cortar el hueso. Levanté con desesperación la vista, vi el cuarto de baño totalmente cubierto de sangre y sentí un inmenso cansancio.
-No vamos a acabar nunca.
-No, estás equivocada, ya se ha acabado nuestra tortura, ahora solo queda hacer una buena limpieza.

16 de marzo de 2018

Amor de madre

Anoche se decidió a entrar en mi habitación. Y ahora, después de haberla escuchado, he de admitir que nunca hubiese logrado adivinar por qué su fantasma volvía a casa noche tras noche y se colaba en la habitación de padre.
Me ha asegurado que está bien, que si lo llega a saber le aguanta menos y se muere antes, que se siente dueña de sus actos y que, si viene cada día, es porque ha descubierto que tiene algún poder sobre él y está haciendo lo imposible por educarlo, que quizás no sea después de todo demasiado tarde, que ahora puede alcanzar su único objetivo: que a sus hijos no les haga ningún daño.

(microrrelato incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)

14 de marzo de 2018

¡Gol!

Los padres de ella se habían ido de vacaciones dejando la casa vacía. Era la primera oportunidad que tenían, desde que habían empezado a salir, de estar juntos en una cama de verdad, sin agobios y sin prisas.
El día de la cita, justo cuando él tocaba el timbre de la casa, un árbitro pitaba el inicio de la final de la Liga.
Todo iba yendo perfectamente bien en los dos encuentros que se producían aquella tarde. Y la suerte quiso que, justo cuando la pareja llegaba al esperado momento del clímax, las paredes de la habitación temblasen con ellos en un "¡Gol!" interminable.
Algo más tarde, abrazados y felices, vieron la caja de preservativos aún sin abrir sobre la mesilla, se miraron con horror y empezaron a temer que aquel aullido salvaje, que tanta gracia les había hecho, fuese una señal de que ellos también habían metido una pelota en la portería. 

12 de marzo de 2018

La pareja ideal

En la oscuridad, oyendo por primera vez su respiración dormida, el hombre recuerda la película que han visto juntos y sonríe: él será su monstruo, ella será su víctima.

Vida

Desde la alta torre se extiende un murmullo, un latido, que oyes hasta que mueres.

9 de marzo de 2018

El edén que perdimos


Como si fuera una medalla, un premio o una heroicidad, afirmó y repitió hasta la saciedad que sólo había tardado seis días en crearlo todo.
Evidentemente nosotros no entendimos nada y le preguntamos. Así, teniendo en cuenta lo que nos explicó y creímos entender, un día es un concepto abstracto que definió como un periodo fijo de tiempo equivalente a veinticuatro horas exactas, siendo la hora en sí misma otra invención suya e igual a sesenta minutos, todos éstos iguales entre sí, constando invariablemente de sesenta segundos, los cuales…
Como pueden suponer, y como todo aquello no tenía pies ni cabeza y no nos era necesario, pronto dejamos de escucharle; fue entonces cuando, vengativo y rencoroso, se inventó que habíamos cogido una manzana de no sé qué mierda de árbol.

(microrrelato incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)

7 de marzo de 2018

El reclamo

Ansiando convertirse en un espejismo, en oasis, intentando llamar al agua, construyeron en el desierto un faro.
Cuenta la leyenda que lograron su propósito y que, mucho después, llegó el mar. Bastó una ola para borrarles.

5 de marzo de 2018

Miradas que matan

Antes de que vuelva papá, justo cuando su silueta se asoma al horizonte y se agranda con cada nuevo paso, recogemos los juguetes, las pinturillas y las sonrisas; hacemos el silencio y nos vestimos de gris, muy serios, en señal de respeto por su tristeza. Lamentablemente mi hermano asegura que ha empezado a mirarnos raro, con la misma mezcla de sospecha y miedo que tanto nos molestó en madre. Una pena.

2 de marzo de 2018

Protección de testigos

Mis órdenes eran claras: hacerla desaparecer, matarla.
Antes incluso de internarnos en el bosque, comentó que este siempre le había dado miedo pero que mi compañía le tranquilizaba, halagándome sin querer como nunca lo había hecho nadie.
A lo largo del día sus ocurrencias, sus descubrimientos, su risa y su charla acabaron por conquistarme; de modo que, al caer la noche, aun cuando con mis palabras no quería de ningún modo dañarla, le hablé de mis órdenes, de esas que había decidido no cumplir y que nos obligarían a escapar y a ocultarnos.
Lo más prudente hubiese sido separarnos, pero ni lo hicimos, ni lo haremos.
Fuimos un cazador y Blancanieves y ahora, según quien haga las preguntas, somos todo el uno para el otro o no somos nada.

(microrrelato publicado en la revista Callejón de las Once Esquinas #5 que ya puedes leer y disfrutar, ¡gracias!)