26 de abril de 2023

La relatividad del tiempo

Me decidí una mañana de mayo, ese día crucé la calle y me puse a esperar en su portal. Cuando salió, antes de que la voz me temblase, le dije lo importante:
-Quiero que seas mi novia.
Ella mirándome desde arriba, era unas dos cabezas más alta, me preguntó:
-¿Cuántos años tienes?
-Nueve.
-Yo diecisiete. Vuelve dentro de diez.
Crecí, viví mi primer beso, alguna que otra borrachera, hasta creí enamorarme; pero pasado el tiempo acordado volví a su portal.
Cuando nos encontramos mis ojos estaban a la altura de los suyos.
-Tengo diecinueve.
-Yo veintisiete y, aunque hayas crecido, necesito un hombre a mi lado.
-Lo seré.
-¿Esperamos diez años más?
Con veintinueve y un cigarro en la mano, me aposté enfrente de su casa. Al poco ella salió, cruzó la calle. No nos dijimos mucho, pero fue lo bastante:
-Soy tu hombre.
-Justo el que yo estaba esperando.
 
(microrrelato escrito para la propuesta: Amantes, locos, en Esta noche te cuento)

19 de abril de 2023

Un negocio casi familiar

Una de las camareras entró en la cocina del restaurante soltando la bomba:
-Ha dicho que no.
Su padre y el de la novia que no quería serlo, el cocinero, no pudo evitar sonreír y decir: “bien, esa es mi chica”. Su mujer, limpiando una gota de grasa que afeaba un plato, apuntó: “un mamarracho menos”.
A un metro de ellos, la sumiller, una chica venida de la capital hace unos meses, cogía un aro de puerro y salía hacia la sala a la carrera.
-Espero que ahora diga que sí.
Todos asintieron y sonrieron, la familia con suerte crecería.
 
(microrrelato escrito para el concurso de La Montañesuca, concurso con estos ganadores)

12 de abril de 2023

Hijos de un dios menor

El montoncito de arena que se está formando a mis pies me hace temer lo peor. El alfarero que contraté para que me fabricase a partir del barro, que no tenía muchas referencias y era algo más barato, me va a salir al final muy caro. Ahora tendré que gastarme todo el dinero que creía haber ahorrado en buscar a otro, para que me apuntale antes de quitarme una costilla; si dejo que este me meta mano, seguro que afecta a mi equilibrio estructural y me vengo abajo.

5 de abril de 2023

Papel y tinta

Iban a ser años vistiendo como querían otros, en una habitación en la que no había nada suyo, como la de un hospital lista para revista, como si él no viviera en ella, como si no hubiera vivido nunca. Sin embargo él estaba allí y aún le quedaba vida. Miraba por la ventana, soñaba, empezaba a contarse un cuento y día a día lo cimentaba poniendo las palabras justas, los silencios y solo después, cuando lo tenía al completo en su cabeza, iba hacia el armario que albergaba las cuatro cosas que aún tenía, cogía un cuaderno y un boli del pequeño arsenal y escribía, escribía con la letra más pequeña y apretada que podía.
De vez en cuando pensaba que se dejaría morir cuando se le acabasen las hojas o la tinta pero, aunque estuviese en una residencia y en ella el material de escritura fuese un bien escaso, él había descubierto que no tenía que compartirlo con nadie y que tampoco tenía prisa.