28 de febrero de 2018

La marioneta

Sintió como si se hubiese abierto un telón y todos esperasen que dijese algo pero, como era su costumbre, no se le ocurrió nada.
Por eso agradeció que alguien moviese los hilos y pusiese en sus labios algunas palabras. Una vez más volvió a conformarse con ser títere, dejando para otro día el comportarse con un ser humano.

26 de febrero de 2018

Tragicómico

Cree que disimula muy bien y no nos enteramos de nada, que no hemos descubierto que es él el que hace los ruiditos con la boca, como si latiese, al tiempo que nos mira con esa cara idiota con la que parece pedirnos perdón por el inevitable alboroto que en él hace la vida.
Murió hace meses pero sigue empeñado en ocultárnoslo.

23 de febrero de 2018

El vendedor

Cuando llegaba la cosecha, el pueblo se llenaba de trovadores, charlatanes y músicos. Un año llegó un extraño buhonero, abrió un bolsillo y puso ante nosotros algo que llamó arcoíris. Recuerdo haberle seguido, seguro de que era él quien pintaba aquellos colores con algún truco.
Después crecí y, como quizás haya sospechado ya, acabé por convertirme en un hombre incrédulo y aburrido.

21 de febrero de 2018

La imagen

Disfrutaba viendo el modo en que el cielo sobre mi cabeza se iba llenando de color y de vida. Creí ser un espectador de excepción y tener la suerte de asistir al milagro de la creación mientras él concretaba mi mundo, hasta que su mano firmó en la esquina del cuadro, puso una fecha y me inmovilizó.
           

19 de febrero de 2018

En el blog de AEMET


Con motivo de la publicación del libro “La meteorología en los refranes”, he escrito una entrada para el blog de la Agencia en el que cuento las similitudes y diferencias que existen entre los refranes y las observaciones meteorológicas. Lo que viene a ser la introducción del libro porque… el libro entero no me cabía.
Si te interesa... sigue el enlace.

16 de febrero de 2018

Mala pata


Muchos creyeron que fue mala pata encontrarme aquella tarde con él, siendo tan pequeña. Sin embargo, ahora, casi veinte años después, casada y con hijos, mi imaginación resplandece y se esponja con el recuerdo de aquel día, de aquella tarde.
Encuentro la caja, la caperuza roja y, en un santiamén, me asalta la imagen de mi travieso y travestido lobo, a punto de posar sus labios en mi piel para hincarme el diente, para al final no hacerlo.
No, la historia que contamos y que quisimos que transcendiese no es la que yo recuerdo.

(microrrelato seleccionado por la editorial El Libro Feroz en el concurso “100 instantes en un santiamén” para formar parte de una antología, antología que ya está a la venta en este enlace)

14 de febrero de 2018

Cuando la meteorología es un actor más


Desde hace años coordino una de las publicaciones más emblemáticas de AEMET, el Calendario Meteorológico. Un libro que se lleva editando desde hace 76 años, sin interrupción alguna.
No voy a hablaros de él; sin embargo, sí que lo haré de unos de sus apartados, las colaboraciones, artículos en los que hay un poco más de libertad y que se pretende que sean (no siempre se consigue) de carácter divulgativo.
El año pasado me animé y escribí una de estas colaboraciones: “Cuando la meteorología es un actor más”, en la que se hace un repaso por algunas películas en las que la meteorología se merece un Óscar.
Lo cierto es que estuvo divertido escribirla y descubrir algunas cosas.
Hasta hace unos días este artículo solo podía leerse en el Calendario, en papel, pero acaba de publicarse en el blog de AEMET: ¡pinchad en Óscar!
           


12 de febrero de 2018

El oficinista

Mi vida aparentemente es la misma. Me levanto a mi hora y, poco después, salgo hacia el trabajo donde voy dando salida a los papeles que otros dejan en mi mesa. A las dos, con los compañeros, como donde siempre un menú que se repite servido por una muchacha nueva. Sin embargo, hace días que no siento sopor tras la comida, que me escucho bromear y encuentro una sonrisa en el espejo; y pienso, es curioso el amor, muy curioso.

(microrrelato incluido en “Menguantes”, libro que puedes descargarte en este enlace)

9 de febrero de 2018

El dolor es un iceberg

Con el agua caliente tocándole la barbilla, su horizonte era ese mar de burbujas de jabón en el que esperaba que las preocupaciones se diluyeran. Sin embargo, al poco, vio el barco de juguete que tanto odiaba, aquel que igual mantenía a flote a su marido como que le hundía. Molesta, creó una ola con el pie condenándole a desaparecer. Escuchó entonces el ruido de las sirenas, los gritos de los marineros y las órdenes apremiantes y precisas; fue testigo del golpe de mar que arrancaba a su marido, el capitán, de cubierta; vio cómo él, desde el agua, impotente, había tenido que presenciar como todo su mundo se hundía. Él nunca había contado nada de aquello, a nadie, tampoco a ella.
Oyó el familiar ruido de llaves en la puerta de la casa: el capitán volvía. Ahora sabía por qué quería ahogarse en alcohol. Ahora podía empezar a pensar en ser su salvavidas.

7 de febrero de 2018

Regresión


Es curioso como a determinadas personas les gusta, aunque pierdan en profundidad, aparecer en los papeles. No deja de ser sorprendente cómo ese simple trazo de tinta puede convertirse en el punto de apoyo alrededor del cual hacen bascular sus vidas, vidas de nada, dicho sea de paso, la mayor parte de las veces.

5 de febrero de 2018

Uau

Harta de ser la última de las vocales, de estar en la cola para todo, se apuntó a clases de pilates y fue a un taller de corte y confección.
Fueron algunos meses de trabajo callado y constante alegando una preocupación por su peso y una afición que estaba muy lejos de tener; pero al final llegó el día en que, estirándose con suavidad, logró que sus extremos se tocasen hasta poder coserlos, comprobando que estaba aceptablemente cómoda y, lo que era mejor aún, que el cosido parecía poder aguantar durante un tiempo. Se miró entonces en el espejo y la imagen que encontró en él la llenó de satisfacción: aquello era más de lo que se había atrevido a soñar nunca.
Ahora, con su nuevo aspecto, podría hacer realidad la ansiada venganza: introducirse en algunas palabras en lugar de su odiosa compañera y, más tarde, descoserse. Sí, sería genial poder infiltrarse en vocablos como… bala, paré, mala o pata.
Las dos últimas sílabas le arrancaron una carcajada y, antes de darse poder evitarlo, los hilos cedieron y volvía a ser la misma.

2 de febrero de 2018

El reloj de arena

Me dijiste: “El tiempo es claustrofóbico” y, antes de que nos diésemos cuenta, estábamos cayendo en el depósito de abajo.