31 de octubre de 2016

Turnos

Con frecuencia, cuando salgo de la ducha, descubro a mi sombra y a mi reflejo charlando amigablemente, cada uno a un lado del espejo.
Pero ayer, al ir a secarme, no me di cuenta que él había escapado hasta que usaron la toalla para apresarme y obligarme a ocupar su lugar. Desde entonces, soy yo quien espera a que entren en el baño para ser, durante algunos minutos al día, alguien.
He de decir, si soy justo, que mi reflejo tiene buen aspecto y que se lo agradezco. En cuanto a mi sombra, nada podrá impedir nunca que lo vea todo negro, que se sienta sola, que me mire con curiosidad y me vea, como ella, huérfano.
Es la historia de siempre. Mi imagen y yo o yo y el original que reflejo, juntos e intercambiables; y a nuestro lado, esa sombra que, quizás sin proponérselo, da continuidad a estos canjes.

28 de octubre de 2016

Cambio de foco

Pasado casi un año supo que estaba mucho mejor, que había empezado a asumir su ausencia y que el dolor empezaba a ceder para transformarse en un odio por las malditas gafas de cerca que ya tenía que ponerse a todas horas para descubrir que no tenía ninguna llamada perdida y que él seguía sin escribirle un maldito mensaje.

24 de octubre de 2016

Esencia

Era un buen microrrelato porque leyéndolo, entre líneas, el lector aún podía entrever la profundidad de la novela que el escritor había condensado en él.
           

21 de octubre de 2016

Inversión

Una vez que asumió que yo no iba a hacer nada para que ella se independizase, me dio de lado; por mi parte, me limité a ser testigo atónito y mudo de todos los esfuerzos que realizó para ganar el protagonismo que tanto estaba buscando. Lo cierto es que nunca creí que lo lograría pero hoy, a la vista de los resultados, he de admitir que ha ganado la partida, que ha demostrado tener tesón y constancia y que para mí ya es demasiado tarde.
No ha podido dejarme atrás como quería, pero ha logrado reemplazarme y ser ella quien dirija nuestros pasos; mientras yo, cosida a sus pies, negra y plana, no dejo de arrastrarme a su lado.

18 de octubre de 2016

Casilla de salida

Entré en la luz y al final del túnel encontré una bifurcación; afortunadamente había una señal indicándome hacia donde llevaban cada uno de aquellos caminos. Elegí el del infierno, “mucho más divertido” me dije y volví a nacer, reencarnándome en mí mismo.

14 de octubre de 2016

En blanco

Los bancos que almacenaban la memoria virtual de los millones de habitantes del planeta se colapsaron y borraron parcialmente, o eso nos dijeron.
Las consecuencias fueron devastadoras; y, hasta el día de hoy, nadie ha sido capaz de evaluar el número de registros perdidos; nadie se ha hecho cargo de las vidas eliminadas, trucadas y heridas.
Todas y cada una de las veces que los responsables del planeta han sido interrogados, ellos invariablemente han dicho: “Lo siento, no logro encontrar en mi memoria información alguna sobre la cuestión por la que me preguntan”.

11 de octubre de 2016

Su único dueño

Tras años de peleas y malos tratos, iniciaron los trámites del divorcio. Sin embargo, él no podía creer que ella hubiese dejado de quererle y que aquello fuese el final. Un día, alguien le dijo que había visto a su mujer acompañada de un hombre, sólo eso; y él salió corriendo hacia la que había sido su casa, dispuesto a coserle en la piel si era preciso, a punta de navaja, un “Eres mía”.

7 de octubre de 2016

Víctima y verdugo


Se fijó en ella en los pasillos de la universidad y averiguó sin mayores problemas, como tantas otras veces había hecho, su nombre y el número de teléfono de su casa.
Después, como siempre, empezó con las llamadas insistentes o hechas a deshora, unas veces obscenas y otras inundadas de amenazas, en ocasiones simples silencios..., sólo eso y esperar.
Pasados unos meses, pudo comprobar que no se había equivocado, más delgada y con ojeras estaba mucho más atractiva.
Sonrió, pronto lograría que cayese enferma, como lo estaba él.

3 de octubre de 2016

Persistente

Le dije que desapareciera de mi vida y se fue, obediente y mudo. Sin embargo, desde entonces, me le encuentro en todas partes: en la calle, en casa, en la cama, en mis labios, en mis pensamientos; me tropiezo con su ausencia sin parar.
Por eso le llamo insistentemente, para decirle que se vaya y que me deje en paz; pero él, tan idiota como siempre, no lee entre líneas que aún le quiero y repite que no entiende, que él ya se fue, que él no está.