26 de noviembre de 2025

Altamira

El niño les había salido lamentablemente artista, en cuanto se despistaban un poco empezaba con sus mejunjes y continuaba pintando el techo de la cueva.

19 de noviembre de 2025

El troll

Con las oportunas apariciones habían logrado que uno de los almacenes del Hilton Splendor fuese su refugio. Eran Drácula, amante del lujo; Shrek, cansado del pantano; y Rumpelstiltskin, loco por el oro; aunque con frecuencia recibían visitas. Teniendo como tenían a mano humanos en permanente rotación, se habían repartido el botín. La piscina era del enano, el lugar en que más tangas había para quien afirmaba entre risas tener entre las piernas un misil. El ogro verde optó por las cocinas, atraído por el pollo y el queso pero deslumbrado por la exótica cocina internacional. Y Drácula eligió los dormitorios en donde, elegante, puntual y sin reloj, desembarcaba cada noche para saciar su sed. Sin embargo, el último invitado, salvaje, malintencionado, simple y sucio, lo había desbaratado todo en dos días; escondía ajos, robaba bikinis, estropeaba comida mientras, negando ser el autor, celebraba con carcajadas y gritos cada estúpida broma. 
 
(microrrelato escrito para esta propuesta, el Monstruoscopio 2025 de Esta noche te cuento)

12 de noviembre de 2025

Luna nueva

Con el cielo cubierto de nubes, sin estrellas, oyendo la respiración de las olas, Alonso Clavijo no olvida que a Colón no le salen las cuentas. Él, que era un criminal, que siente el barco como la cárcel que esquivó por participar en esta locura, sin luces, sin letras, que cuenta con los dedos, se promete que no morirá de hambre  sangrando por las encías y que, una vez octubre esté mediado, ese es su plazo, comerá el último trozo de calabaza seca que esconde junto al puñal, a quien pondrá a  bailar cuando las cosas se pongan más feas. 
 
(microrrelato escrito para esta propuesta, el Monstruoscopio 2025 de Esta noche te cuento)

5 de noviembre de 2025

Dominatrix

No soy como te imaginas, le había dicho, despreciando sin contemplaciones su declaración de amor y su gesto servil. Sin embargo, por la noche, sola en la cama, su rostro de perro sumiso baila sin cesar frente a mis ojos cerrados y comprendo que sí, que esa sí que soy, que nadie me había calado jamás tan bien y tan rápido como ese hombre que dice querer ser mi esclavo, a quien llamaré por la mañana para ordenarle que se someta y me obedezca en todo, justo como ambos deseamos. 
 
(microrrelato escrito para esta propuesta, el Monstruoscopio 2025 de Esta noche te cuento)