La cama se sacudió y un abismo se
abrió junto a ella. La pareja, que hasta ese momento dormía, se despertó de
golpe para descubrir con horror que estaban atrapados en una isla rocosa
rodeados de un mar de lava.
No tuvieron tiempo de preguntarse
cómo habían llegado hasta allí o qué era aquello, el miedo les gritaba que
aquello era el final y no dudaron en confesárselo todo.
Tras vaciarse, se abrazaron
esperando que la roca en la que estaban acabase por ceder o que un nuevo
temblor los arrojase al río de magma.
Algunas horas más tarde, cuando el
despertador sonó y les devolvió a su vida de siempre, el hombre y la mujer no
fueron capaces de mirarse a la cara, avergonzados de que una tonta pesadilla
hubiese logrado de ellos una confesión tan rápida.
Lo que nos demuestra lo cabezotas y prepotentes que somos.
ResponderEliminarLuisa hoy nos das una buena lección- Felicidades.
Besicos muchos.
Eres muy amable, guapa. Buena semana
ResponderEliminar¿Histeria colectiva de dos?
ResponderEliminarConozco un buen abogado de familia que podría levar el divorcio. Y tal vez acaben por entender que fue innecesario el casamiento como primera instancia.
Saludos,
J.
A saber lo que se han dicho, secretos bien guardados, letales para su convivencia. Nada volverá a ser lo mismo, peor antes o después tenía que hacerlo.
ResponderEliminarUn abrazo, Luisa
Qué chicos más amables y cuántos os agradezco todo: los comentarios, las visitas,... Qué lujo!!!
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