18 de junio de 2018

Vacío de poder

—No sé por qué persistes en esa ridícula actitud. No es normal este silencio tuyo, ese permanecer al margen de todo. Cuarenta años diciéndome lo que tenía que hacer y pensar, anulándome, para que ahora te quedes ahí callado dejando que el tiempo pase. Sobre esto no dijiste nunca nada y ahora ¿qué?, ¿te enterramos o te incineramos?

2 comentarios:

  1. Qué buen final y además me has arrancado una sonrisa!!
    Besicos muchos.

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  2. Una sonrisa en esas circunstancias. La verdad es que... es un buen castigo para un mandón. No querías mandar? Y ahora, qué hacemos? Ah, que no dices nada, pues nada a esperar .... y que te den. jeje

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