10 de junio de 2021

Pozos de ambición


Le pido que haga todo lo posible por mantener con vida a mi marido un poco más, que no tenga prisa. Entonces el hombre que ha asaltado nuestro hogar hace unas horas me mira y empieza a comprender que, igual que él venía buscando una confesión, yo llevo años aguantando a su lado por dinero. Y ahora que tengo su atención añado: no veo por qué nos tenemos que conformar con migajas, sé que en algún sitio tiene mucha más pasta de la que tú y yo hayamos podido soñar.
Mi marido, quien apenas puede abrir los ojos al oírme, lo intenta; pero finalmente veo cómo cae una lágrima solitaria por su mejilla, qué pena.

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