Hace
un rato ha salido el doctor, nos ha dado las buenas noticias: el embarazo va
bien y es prácticamente imposible que se tuerza, tras tanto dinero y consultas,
después de supeditar nuestras vidas y rutinas a los tratamientos y sus horarios
y sacar la cuna del trastero una y otra vez para volver a meterla, manteniendo
la ilusión intacta y al tiempo sin querer ilusionarnos en demasía.
Estamos
de cuatro meses Y LLORAMOS LOS DOS, aunque yo lo estoy haciendo de mentira
porque este niño, y todos los que quisieron serlo y no lo consiguieron antes de
él, han acabado con mis sueños, con el amor que sentía y hasta con la cuna que
rompí ese día en que, preso de las circunstancias, sentí que había dejado de
ser el dueño de mi vida.
(microrrelato escrito celebrar el
décimo cumpleaños de Esta noche te
cuento
y que responde a la propuesta que se encontrará en este enlace)
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