Su
mundo había sido demasiado pequeño y ella había estado muy sola, lo comprendió
después de estar durante horas CONVERSANDO POR GESTOS CON su amiga. Algunas
semanas más tarde, sin embargo, creía que no estaba exactamente en lo cierto
aunque tampoco es que fuese mentira; se había enamorado y no había nada más
excitante que hablar con ella, sentir sus manos revoloteando por el aire y
posar los ojos en sus labios para ver cómo se fruncían.
(microrrelato escrito celebrar el
décimo cumpleaños de Esta
noche te cuento y que responde a la
propuesta que se encontrará en este enlace)
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