Sintió
como si se hubiese abierto un telón y todos esperasen que dijese algo pero,
como era su costumbre, no se le ocurrió nada.
Por
eso agradeció que alguien moviese los hilos y pusiese en sus labios algunas
palabras. Una vez más volvió a conformarse con ser títere, dejando para otro
día el comportarse con un ser humano.
Hay quién prefiere ser manipulado.
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