Aquel
atardecer color café el verano había empezado a brincar entre las olas, no a
aplastarlas como hace unos días; y así, en ese pequeño detalle, ella decidió
que dejaría atrás, en la playa en la que ahora estaba, al hombre que la había
acompañado esas vacaciones, su salvavidas en realidad, para volver a sus
rutinas y de una vez por todas empezar a cambiarlas.
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