Este último
verano el calor ha sido infernal. Después tú regresaste a mi lado, volvimos a
estar juntos y así, juntos, hemos decidido mantener alejado el frío, abrazarnos
todas las noches para conservar la temperatura de nuestros cuerpos, mirarnos a
los ojos buscando el fuego en ellos, dejar que el deseo nos abrase y acabar
convertidos en saliva y sudor. Ahora ya sabemos, porque lo hemos vivido, que
afuera acecha el frío escondido tras unas manos de suave arena y la imagen de
una playa perfecta, que allí aunque oculto solo había pies helados y silencios
gélidos.
La promesa está hecha; vamos a ser
ya para siempre el verano de nuestras vidas, tú mi luz y yo tu sol.
(microrrelato escrito para la
propuesta: Calores o regresos, de ENTC)
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