Qué bueno, Luisa! Un trasfondo tremendo. Lo curioso es que todos los días estamos expuestos a esas balas de fogueo que un día podrán ser de verdad, es la vida, pero lo peor es que mucha gente vive la vida pensando en eso, en la posible muerte y es una muerte en vida. Me ha encantado. Un saludo
La peor de las torturas. Muy bueno.
ResponderEliminarAbrazos, mil.
jajaja...Me ha recordado que llegan las vacas y el despertador va a dejar de tener pistola, despertaremos cuando Candela quiera, siempre será mejor.
ResponderEliminarUn abrazo Luisa!!!
Qué bueno, Luisa! Un trasfondo tremendo. Lo curioso es que todos los días estamos expuestos a esas balas de fogueo que un día podrán ser de verdad, es la vida, pero lo peor es que mucha gente vive la vida pensando en eso, en la posible muerte y es una muerte en vida.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un saludo
Eso es vivir con la soga al cuello.
ResponderEliminarTremendo, Luisa.
Un beso.
Podían tener el detalle de fusilarlo después del vermut, es más civilizado.
ResponderEliminarBlogsaludos
Una tortura escalofriante a la que has sabido darle un rasgo de humor
ResponderEliminarBravo Luisa!
Un beso
Consigues hacer reír aunque el tema es terrible.
ResponderEliminarSaludos.
Toda una tortura.
ResponderEliminarSaludos
El paseillo. A mi abuelo lo levantaron varias veces antes de fusilarlo. Pobres diablos.
ResponderEliminarBesos.