Nuestra imagen –tú y yo- sentados uno junto al otro,
mirando por sobre el agua, hacia la otra orilla o hacia el infinito, como si
allí o más allá pudiéramos vislumbrar el cumplimiento de nuestros sueños.
En invierno o en verano, tus pies descalzos siempre se
acercaban a la orilla, para sumergirse en el líquido cristalino, sin apenas
alterar su monótona corriente.
Hoy se cumplen seis meses de aquel negro día. Por eso
estoy aquí, mirando sin ver, o no queriendo ver todo aquello que ya no existe.
El caprichoso destino, en una muestra de crueldad infinita, quiso que las
oscuras naves eligieran nuestro rincón preferido para posarse y absorber toda
la vida del río.
Tú estabas allí, sola, pensando en mi propuesta. Y
también te llevaron.
Y a mí también me llevaron, sin llevarme. Porque
dejaron la cáscara hueca de mi cuerpo vacío de ti, vacío de tu luz y de tu
amor. Vacío…
Autor: Hugo
Jesús Mion
(¿sabes
que estamos escribiendo una novela entre todos?, ¿quieres participar?; descubre cómo)
Me gusta esta elección que has puesto, un texto muy logrado y sentido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Como bien dices: yo solo la he puesto; afortunadamente Hugo la escribió y me la mandó.
ResponderEliminarGracias
Gracias Alfred y Luisa...
ResponderEliminarBuenísimo Hugo!
ResponderEliminarVos porque sos hincha mío...
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