—Pide un deseo.
Era una orden, como todo lo que él
decía.
Ella hizo como que pensaba, cerró un
instante los ojos y cuando los abrió, asintió con la cabeza.
—Se cumplirá —añadió él.
Ella sonrió, estaba segura.
Le sirvió un buen pedazo de tarta.
—Es una cuestión de tiempo —pensó
ella tras comprobar que él no detectaba el sabor del veneno-. Solo eso.
Algunos deseos pueden llegar a cumplirse y no es solo cuestión de fe.
ResponderEliminarUn abrazo, María Luisa
Muchísimas gracias, Ángel. Cómo es posible que estés en todos los lados y estés tan bien? Impresionante.
ResponderEliminarUyyyy Luísa que fuerte empiezas la semana. Genial, a pesar de los pesares!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Es que... tenía que despertarme.... jejeje
ResponderEliminarGracias
Los deseos pedidos con convencimiento...se obtienen. ;)
ResponderEliminarBesos.