Con nuestro mecánico de confianza esto no habría
ocurrido, pero quisiste probar una nueva marca de lubricante y que el
catalizador te lo pusiera otro; pediste que te mirase la presión de las ruedas
y el líquido de frenos, que fuesen otras manos quienes te limpiasen los
inyectores y revisasen a fondo luces, bujías y guardapolvos. Todo se hizo y
todo lo pagaste gustoso. Ahora tienes el valor de decirme que te has enamorado
cuando… lo único que ocurre es que estás empezando a perder aceite.
Ay, yo creo que esa relación iba cuesta abajo y sin frenos. Que él sea feliz con el mecánico y ella siga su camino. Genial, Luisa.
ResponderEliminarMi aplauso Luísa, es buenísimo. Me ha encantado.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Nunca se sabe dónde puede encontrarse el verdadero sentido.
ResponderEliminarMuy bueno, Luisa.
Un abrazo