5 de noviembre de 2020

Nunca digas nunca jamás


Hago todo lo que puedo para que nada te llame la atención porque, estando como estás, sé que acabará de algún modo en violencia. Trituro tus palabras con los dientes, impido que me penetren, permanezco impasible, sorda. Y, de todo el daño que me harás, lo que más odio es este absurdo empeño tuyo en pronunciar las mismas palabras siempre, que sé que dices para sentirte persona, mientras yo ya veo en esa mano que levantas, una vez más, la promesa incumplida.

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