Gladys, alemana y viuda, abre los ojos. Un instante
después y, aunque su marido falte desde hace dos años, repite las palabras con
las que empezaban siempre el día desde que desembarcaron en la Costa Azul y que
son: “Esta casa es perfecta”.
No mucho después, porque la dama no es perezosa, se
levanta, se pone una de sus maravillosas batas y sale de su cuarto. Es
normalmente entonces cuando oye las patitas de Marlon, que viene ya corriendo
por el pasillo como para darle los buenos días.
-Hola, cielo. ¿Dormiste bien? Sí, sé que quieres
salir, pero has de tener paciencia. Ya sabes que una chica necesita tiempo para
desayunar como Dios manda y empolvarse la nariz. No me metas prisa.
Levanta las persianas, abre las cortinas y deja que
entre la luz del sol, que no falla nunca; de todas las ventanas de la casa menos
las de la gran cristalera.
Una hora después, con puntualidad inglesa, Gladys y
Marlon salen.
Las personas que se agolpan en los alrededores, que
puede que hasta hayan dormido allí, les miran, se dan codazos, susurran,
murmuran. Algunos se apartan, respetuosos.
No mucho después llegan junto a una de esas naves que
no son de este mundo, que no estaban cuando llegaron su marido y ella. Marlon
olisquea.
-Vamos, cariño, no tenemos todo el día. Haz lo tuyo
–le apremia Gladys.
El perro levanta una pata y orina. Todos ven cómo se moja
la superficie metálica, entre escandalizados y sorprendidos, sin saber a
ciencia cierta qué opinar; mientras Gladys y Marlon desandan su camino, cada
día un poco más largo, entran en la casa y Gladys mira de reojo hacia las
persianas que aún están bajadas, que ya no volverá a subir, porque le han
fastidiado las vistas.
(¿sabes
que estamos escribiendo una novela entre todos?, ¿quieres participar?; descubre
cómo)
Hola. Aparte del enlace que os llevará a qué estamos escribiendo o cómo participar, en el lateral encontraréis la "estructura" sobre la que (espero) se vayan apoyando los diferentes capítulos.
ResponderEliminarEl próximo miércoles nos asomaremos "al vacío" con unos ojos que no serán los míos. Un lujazo
Una forma original de hacer contacto con los extraterrestres: levantarles la patita...
ResponderEliminarBien enseñados... los perritos pueden hacer lo que sus dueños no deben. Gracias
ResponderEliminar¿Hay algún plazo, Luisa? Yo sigo en blanco :o(
ResponderEliminarHola, Belén. No te preocupes ni un poco. Tengo unas cuantas "voces" que son como ruedas de repuesto. Con ellas, y aunque no participase nadie y suponiendo que yo no escribiera ni una más, tendría para aburriros como... un par de meses.
ResponderEliminarEn el peor de los casos.
Asi que.... fijate.
Oh, la inmensa sabiduría de los perritos... Y de sus amas...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
ME gustó mucho. Esconde mucho y dice todo. Un texto estupendo.
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