El hombre del museo despierta del largo letargo para
descubrirse encerrado en un lugar extraño. Evitando moverse, aterrado, descubre
que fuera se está produciendo una estampida; que hombres y mujeres, a juzgar
por sus ropas de una misma tribu, de una muy grande, parecen huir, durante
horas, despacio, de nadie.
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