La vida siempre sorprende.
Estás en tu despacho, antes de una reunión con los accionistas, y ella sin
avisar salta, te empuja y caes hasta acabar encontrándote en la calle, entre
cartones, pensando en darte un paseo por un vertedero o un desguace. Tiempo
después vuelves a sentirte atrapado, como antes de aquella fatídica reunión, y
la vida sin previo aviso parece ponerse de nuevo en marcha; por detrás de unos
plásticos asoma una mata de pelo rubio y unos ojos claros que inyectan alegría
en tu corazón como nunca te ha ocurrido antes, la cabeza dorada se eleva hasta
mirarte y llega hasta tus oídos algo que sabes que en este mundo es impensable,
un hola, una sonrisa y un sincero “¿tú encuentras algo?”.
Desde luego, no podías haberlo descrito mejor!! Qué maga eres!! Unas veces arriba y otras abajo. Como la vida misma.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Ciertamente, la vida va a trompicones jajaja
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